Este proyecto es uno de esos que se cuela en la vida. Al enterarnos de la historia de los 37 bangladeshies por los medios de comunicación, decidimos investigarla por nuestra cuenta. Lejos de abordar el tema desde el punto de vista periodístico, nos encontramos con unas historias de vida duras y apasionantes, que nos llevaron a la idea de construir este documental. Los personajes nos engancharon emocionalmente, vimos en su historia la posibilidad de trazar una película muy diferente sobre la inmigración.
¿Por qué nos parece una historia tan especial? Porque desde lo particular habla de temas universales. Porque los protagonistas son personajes potentes, carismáticos, que expresan mucho con sus palabras, sus silencios, sus miradas. Porque son personajes activos, con un desarrollo interno, no son cabezas parlantes estáticas y exentas de vida.
Además, dada la temática que aborda, es un documental que nos hace implicarnos profundamente en la realidad retratada. Creemos que el compromiso con lo social, como en grandes directores que son nuestros referentes, (Guerín, Erice, Marker, Phillibert) no está reñido con la excelencia cinematográfica.
Sabemos que filmar requiere su tiempo, la cámara es un instrumento de observación y un medio de aproximación. Como los cineastas viven al ritmo de lo que filman, pretendemos instalarnos en una duración necesaria para el descubrimiento de los hilos invisibles que circulan entre los protagonistas que llevan el peso de la historia. Es un documental que no puede hacerse con prisas y superficialmente, por eso nos comprometemos a ahondar, a descubrir como las vidas cotidianas son atravesadas por los remolinos de la historia.
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